La historia de la emigración italiana está salpicada de trágicos episodios de xenofobia, ocurridos tanto en Europa como en América, especialmente en la última década del siglo XIX. Las cifras hablan por sí solas.
En Estados Unidos: en 1891, 11 linchamientos en Nueva Orleans; en 1893, un linchamiento en Denver; en 1895, 6 asesinatos en Walsenburg; en 1896, 5 linchamientos en Tallulah. En Europa: en 1893, varias víctimas en incidentes en Aigues Mortes, Francia; en 1896, 3 asesinatos en Zurich. Además, una serie de incidentes -siempre sangrientos pero con desenlaces no mortales- marcaron todo el periodo de la gran emigración.
Los elementos comunes a todos los episodios fueron: los prejuicios raciales y culturales; el temor a las repercusiones económicas de la afluencia masiva de inmigrantes; y la influencia de la situación política general de los países implicados en el fenómeno migratorio.
Lo fuerte que era la aversión por motivos raciales, especialmente hacia los italianos, considerados poco menos que negros, acostumbrados a los trabajos más duros y que vivían con mucha moderación, queda patente en las innumerables caricaturas despectivas publicadas en periódicos y revistas de muchos países.